A veces los descendientes ya han muerto. Otras, no hay dinero. Y en muchos casos, cuando finalmente se lleva a cabo una exhumación, los huesos hallados en la fosa no corresponden a los familiares de los que le están buscando, sino a los de otros. Por todo esto, el acto celebrado ayer en el Ateneo de Madrid para entregar a 15 familias los restos de los suyos fue algo extraordinario, que ha ocurrido muy pocas veces en los últimos 70 años. "Querido abuelo, gracias por ser como fuiste, yo quisiera ser como tú. Te llevamos con la abuela, tu esposa", anunció Julián de la Morena, nieto de una de las víctimas, al recoger, envuelto en la bandera republicana, una caja con sus restos.
En este caso, los asesinos no mataron a sus víctimas, todos presos del penal de Valdenoceda (Burgos), sino que las dejaron morir de hambre y frío. "Aquello fue una prisión de exterminio adonde mandaban a los presos de otras cárceles a morir", describió uno de los pocos supervivientes, Isaac Arenal, que ayer lloraba emocionado al entregar los restos de algunos de sus compañeros a sus familiares.
Ahir dia 6 de març vam estar al ATENEO de Madrid en un acte molt emocionant, fenli costat a Isaac Arenal , un dels pocs supervivents ( y que l'any 1980 va vulgué coneixer Flix i els llocs de la Batalla del l'Ebre a 1938), ell que va patí la postguerra i les miseries del franquisme , ens comentà:
Arenal cuenta que en el libro que escribió sobre esta cárcel omitió algunas de sus experiencias más truculentas "porque nadie creería que ocurrieron de verdad". Ayer, no quiso detenerse en "las cosas desagradables", como la mancha negra de chinches que había por el día en el techo de sus celdas, pero sí quiso recordar a los brigadistas internacionales: "El día que los trajeron los colocaron en fila, desnudos, en el patio...".Estos brigadistas venían presos de la Batalla del Ebro......